La vulnerabilidad vivenciada por las niñas, en sus zonas de aislamiento preventivo, realidades expuestas por la Fundación PLAN
La Fundación PLAN ha decidido alzar su voz con la campaña ‘No más niñas invisibles’, con el objetivo de evidenciar las dificultades que muchas de ellas están sobrellevando por el confinamiento, afrontando las medidas de cuarentena, aislamiento preventivo y educación a distancia. “En nuestro país y en el mundo se demuestran millones de niñas, que sufren, son invisibles, porque a pesar que las estadísticas cubren algunos aspectos o rangos, hace falta mucho para garantizar su equidad”, afirma la institución.
Según esta organización, los esfuerzos para no contraer el coronavirus están generando un efecto alarmante en la vida de las pequeñas, pues son ellas las cuidadoras de los enfermos, y la pobreza y el aislamiento limitan aún más su acceso a servicios vitales de atención sanitaria. Además, las tensiones en el hogar se avivan, y los problemas de sus padres o familiares recaen sobre ellas.
Igualmente, recalcan que, en vista de su desprotección en plena crisis se aumenta cada vez más sus necesidades de atención psicológica. Muchas de ellas manifiestan sentirse, aburridas, frustradas, alarmadas y asustadas, con ausencia de información clara para entender la coyuntura actual y de apoyo para hacer frente al resultado que esta situación ha tenido sobre ellas y sus familias. En el caso de Colombia, las más afectadas están en Chocó, Nariño, Valle de Cauca y Bolívar.
“Mi temor con este virus (covid-19) es que las mujeres realmente sufrirán. Sufrimos por la comida. Los hombres abusarán de nosotras. Porque si no tengo comida y un joven tiene comida, si le pido ayuda, me pedirá sexo a cambio de algo. A ese sufrimiento me refiero”, confesó Janet, de 14 años, a Plan Internacional.
Por otro lado, la educación de algunas niñas en el país no es certera, ya que, a finales de marzo de 2020, 743 millones de niñas en el mundo no habían tenido la oportunidad de estudiar por el cierre de los planteles educativos, cifra que exterioriza la gravedad de esta situación. “Ha sido un poco difícil estudiar virtualmente porque hay muchas chicas, no solo en nuestra escuela si no en todo el país que no tenemos los recursos como wifi, un adulto que nos ayude con las tareas o un celular”, asegura Yerlis* de 15 años de edad de Quibdó, Chocó.
Fuente: El Tiempo.com