Estudio de la Uicn apuntan a casos de tráfico sexual en minas ilegales en países de Sudamérica.

A medida que unos recursos naturales ya limitados se vuelven aún más escasos debido al cambio climático las niñas y mujeres reciben la peor parte, según el estudio Vínculos entre la violencia de género y el medio ambiente: la violencia de la desigualdad presentado por la Uicn.

“Este estudio nos muestra que los daños que la humanidad está infligiendo a la naturaleza también pueden alimentar la violencia contra las mujeres en todo el mundo, un vínculo que, hasta ahora, se ha pasado por alto en gran medida”, dijo Grethel Aguilar, directora general interina de la Uicn.

El estudio recopila datos y estudios de casos de más de 1.000 fuentes, y documenta los amplios vínculos directos entre las presiones ambientales y la violencia de género.

Concluye que la violencia de género se utiliza principalmente como un medio sistémico para reforzar los privilegios existentes y los desequilibrios de poder sobre funciones y recursos.

Por ejemplo, los conflictos sobre el acceso a recursos escasos pueden dar lugar a prácticas como la de “sexo por peces”, donde los pescadores se niegan a vender pescado a las mujeres si ellas no tienen relaciones sexuales con ellos, como se ha visto ocurrir en algunas partes de África oriental y meridional.

Información completa: El tiempo, pagina UICN