Así lo dio a conocer el auditor auxiliar de la Auditoría General de la República, Rodrigo Tovar Garcés, al explicar que durante dos años consecutivos 2017 y 2018, la entidad departamental reportó los mayores valores por este concepto dentro de todas las contralorías del país.

Esto significa un respaldo a la gestión liderada por el contralor departamental Ricardo López Arévalo, quien ha señalado que el control fiscal además de generar fallos sancionatorios también tiene la obligación de velar por la debida inversión de los recursos con actuaciones que le da la misma ley, tales como los planes de mejoramiento, observaciones, hallazgos, pronunciamientos y advertencias que correspondan a un impacto positivo en beneficio de las comunidades.

Es así como en la audiencia de rendición de cuentas, la Contraloría de Cundinamarca reportó, un total $284.832 millones, correspondientes a planes de mejoramiento por auditorías; a las estrategias Usatón, “lo que se compra se usa”, “obras inconclusas y al servicio de las comunidades”, actualización catastral y dentro de los procesos de responsabilidad fiscal.

Por su parte, la contralora del Huila, Adriana Escobar Gómez, y presidenta de la Asociación de Contralorías, resaltó el papel asumido por el Contralor de Cundinamarca, Ricardo López Arévalo, de liderar espacios de apoyo y capacitación, así como de hacer visible permanentemente el resultado del control fiscal.

De la misma forma, el Contralor delegado para la participación ciudadana de la Contraloría General de la República, Luis Carlos Pineda Téllez, destacó la gestión cumplida por el ente de control departamental en identificación de todas las obras inconclusas en el departamento y propender juiciosamente, por la culminación y reactivación de obras, así como su puesta en servicio.

“Vemos como un buen ejemplo a seguir este programa, de extinguir “los elefantes blancos”, que permitió a la ciudadanía contar con obras en infraestructura, salud, educación, recreación y vivienda.

“Para nosotros, la Contraloría de la República, es un ejemplo a seguir, ya que es un ejercicio de la mano con la ciudadanía. En cuanto a los elefantes blancos, es importante tener los responsables, tener las sanciones, pero principalmente que la ciudadanía pueda beneficiarse con la puesta en marcha”.

Para el contralor López Arévalo, estos testimonios dados en el marco de la jornada de rendición de cuentas de la Contraloría de Cundinamarca son demostración que el ejercicio del control fiscal territorial si es posible y que estos tres años el ente de control está dejando huella.

Tomado de Prensa partido liberal