El 11 de junio, a través de un evento virtual, el equipo encargado de liderar el proceso presentó los resultados de la fase de construcción de la nueva política: el objetivo central, los objetivos específicos, 16 líneas estratégicas y 55 acciones. La política espera reducir el riesgo de pérdida de naturaleza en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas del país. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Parques Nacionales y el DNP, WWF-Colombia y el PNUD, con apoyo del BID, vienen liderando el proceso de construcción.

El alarmante deterioro que ha habido en los últimos años de la base natural en Colombia pone en riesgo la supervivencia de muchas especies y, en peligro la provisión de servicios esenciales para la supervivencia y el bienestar de los colombianos. Según el Informe Colombia Viva (2017) de WWF, en el país se han identificado 85 grandes tipos de ecosistemas y se calcula que 31,3% del área de estos ha sufrido alguna transformación. Eso quiere decir que, en este momento, casi la mitad de los ecosistemas que hay en el país están en riesgo.
Por ejemplo, entre 1985 y 2005, la tasa anual de pérdida de los ecosistemas de páramo alcanzó un 17%, y el 15% de las especies de vertebrados que están en áreas protegidas, se encuentran amenazadas. Actualmente, el 50% del área cubierta por áreas protegidas en Colombia no tiene instrumentos de planificación: no hay un plan de manejo que especifique las acciones que deben hacerse para salvaguardar la biodiversidad que albergan ni un lineamiento sobre la naturaleza y los elementos culturales por conservar.
Estas son algunas de las razones que hacen necesaria una política robusta al respecto, que vele durante los próximos 10 años por la protección del patrimonio natural y cultural presente en estos espacios. Como objetivo central se definió que la nueva política buscará reducir el riesgo de pérdida de la naturaleza en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Así mismo, enfatizará en asuntos como: la necesidad que hay de actualizar las metas de conservación; de disminuir la brecha financiera que hoy tiene el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (que se hará a través de la implementación de programas como Herencia Colombia, por ejemplo); y de aumentar la equidad entre los costos y beneficios que generan las áreas protegidas; en otras palabras, que los beneficios que genera la naturaleza que allí se conserva, tenga una mayor retribución por parte de toda la sociedad y que los ciudadanos y los sectores que a la distancia se ven beneficiados por los servicios que proveen estas áreas (el agua, por ejemplo) tengan una responsabilidad con estos territorios, incluyendo la generación de beneficios a las acciones de conservación de quienes habitan en ellas.
Tomado de: Diario WWF