Christian Prudhomme, director de la prueba, informó sobre las medidas que se fijarían durante la prueba.
Luego de más de dos meses de la introducción al Tour de Francia, instaurada el 29 de agosto en Niza, el director Christian Prudhomme, consideró la expedición aplazada por la pandemia como única y singular. Desde el inicio, están en contacto con las autoridades públicas, y con las instancias deportivas, haciendo referencia a los aspectos positivos, por la unidad del mundo ciclista y la escucha de las autoridades.
Además, habló sobre los comunicados que se han realizado en los meses de marzo y abril, con respecto a los anuncios de las fechas del aplazamiento, ya que para él era incongruente que se hablara del deporte en estos momentos.
Sin embargo, destaca el trabajo continuo que se está haciendo y habla sobre las medidas de prevención durante la prueba: “No habrá seguramente besos y abrazos en las ceremonias protocolarias. Y se puede pensar que no es probablemente el mejor año para los autógrafos. El público podrá venir al Tour, pero habrá probablemente un filtro más o menos severo. En los puertos, se favorecerá a los que suban a pie, en bicicleta o en transportes puestos por las colectividades. Pero, lo repito, la situación evoluciona de un día a otro. ¿Cómo estará dentro de dos meses?”.
De esta manera el director, hace referencia al escenario en estos tiempos, “Las especificaciones serán definidas en el período de finales de julio y principios de agosto. Lo que se puede decir es que habrá una carrera con los mejores ciclistas. La caravana publicitaria tendrá un centenar de vehículos, a la altura de alrededor el 60 por ciento con respecto a años precedentes. La crisis económica afecta a diferentes sectores de actividad”.
Fuente: El Tiempo